Menudo morreo le acaba de dar a Ainhoa. Estaba preocupado por la reacción de Ana, pero... Estaba aún más preocupado porque había sentido algo más que un solo morreo... ¿Sentiría Ainhoa lo mismo?
Salimos a cantar, y yo no paraba de pensar en el morreo que le había dado a Ainhoa... Cuando terminamos fuimos al hotel, donde teníamos una habitación para cada uno. Me duche y me puse una toalla, y entonces llamaron a la puerta.
-¿Quién es?
-Soy Ainhoa, ¿estás visible?-dijo Ainhoa riéndose.
-Sí, pasa.-dije abriendo la puerta.
-¡Harry! ¡No estás visible!-dijo Ainhoa colorada.-Pero me da igual.
Ainhoa se acercó a mi y me empezó a besar. Oh Dios... El mini hazza estaba en acción.
-Ainhoa, para.-la separé de mi.
-¿Qué pasa?-dijo ella respirando entre cortada.
-No es justo.
-¿El que?
-Yo estoy medio desnudo y tu vas en pijama.-dije pícaro.
Ainhoa se acercó a mi oreja.
-Quítamelo.-dijo susurrando y después me mordió la oreja.
Hice lo que me dijo. Nos desnudamos salvajemente los dos, la tomé y la tiré encima de la cama.
-¿Es tu primera vez?-pregunté.
-No. ¿Llevas...?-preguntó Ainhoa.
-Sí.
Estaba a punto de metersela a Ainhoa pero...
-Ainhoa, yo no hago el amor, yo follo duro.
-¿A caso te crees que he venido con ganas de hacer el amor?

CONTINUARÁ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario