miércoles, 9 de abril de 2014

Capítulo 4

Narra Sheila

-Ay... ¿qué hora será?-dije cogiendo mi móvil.
-Son las 4:56 de la madrugada, amor-dijo un chico que había a mi lado.
-¡AHHH!-pegué un grito enorme.
-¡Sheila porque gritas, tú sabes la hora que es!-dijo mi hermana pequeña desde la cama de abajo, ya que dormíamos en una litera.
-Perdona Naiara... Duerme, anda.-le di un beso y se durmió.
No le di importancia a mi sueño, así que me puse música y volví a dormir.
Me sonó el despertador.
-Ay que sueño...-dije apagándolo y cogiendo mi móvil.
-Buenos días, por lo menos.-dijo mi madre.
-Hola...-dije con la voz un poco afónica. -Au, mi garganta...-me dolía.
-Claro con el grito que diste anoche.-dijo mi padre para cachondearse.
-¿Lo oísteis todos?-dije roja como un tomate.
-Hasta la vecina de en frente.-dijo la exagerada de mi hermana.
-¡Nenas, dejaros de hablar e id a vestiros que me llegáis tarde!-dijo mi madre.
-Sí, mamá.-dijimos mi hermana y yo.
Me arreglé y fui para el insti.
-¡Hola Sheila!-me saludó Ana y me abrazó.
-¡Buenos días!-le sonreí.
-Oye, ¿sabes algo de Ainhoa?-preguntó Ana preocupada, ya que ayer ninguna de las dos la habíamos visto.
-No, ¿no había venido?-dije aún más preocupada.
-No...-dijo Ana y se fue a su sitio.
Me pasé toda la mañana pensando en Ainhoa, Ana y yo estábamos preocupadas. Al salir de clase, Ana y yo quedamos para ir a verla.
-Hola mamá...-dije sin ganas.
-¿Qué te pasa, que vienes con esa cara de muerto viviente?-dijo mi madre.
-Nada.. ¿Sabes algo de Ainhoa? Es que hoy no ha ido a clase.-le pregunté a mi madre.
-Sí, está en su casa, que ayer se hizo daño en la rodilla entrenando en yawara, la he visto esta mañana en el médico con su madre y su yayo, no te preocupes.-dijo mi padre entrando en la cocina.
-De todas maneras, luego iré a verla con Ana.-dije más tranquila.
-¡Yo también!-dijo mi hermana.
-No, Naiara, tú no.-le dije seria a mi hermana.
-¡Ayyyy, mamá!-renegó mi hermana.
-Sheila, llévatela, seguro que a Ainhoa le alegra verla.-dijo para convencerme.
-Vale...-dije no  muy conforme.
Mi hermana me sacó burla. Eran las 17:00 p.m. Ana tendría que estar a punto de llegar. A los cinco minutos sonó el timbre, era Ana, bajamos yo y mi hermana y fuimos a casa de Ainhoa a verla. Llamamos a su timbre.
-Decidme, nenas.-nos respondió.
-Venimos a verte. jajajajaja-dijo mi hermana.
-Ah, vale, subid.-nos abrió la puerta.
Subimos arriba, estaba sola e iba andando coja, tomamos asiento y nos pusimos a hablar.
-¿Qué te ha pasado, amiga?-dijo Ana intrigada.
-Nada, que ayer entrenamos duro en yawara y al levantarme de hacer flexiones, apoyé la rodilla y se torció.-dijo con cara de dolor.
-Si es que no puede ser...-dijo mi hermana.
-Jajajajaja, ay  Naiara.-Ainhoa abrazó a mi hermana.
-Sheila... ¿Puedo ir un rato al parque?-preguntó mi hermana.
-Sí, pero ahora vamos a por ti y cuando te diga a casa es a casa, ¿vale?-dijo como mi madre.
-¡Vale! ¡Te quiero!-me dio un beso y se fue.
-Pelota...-susurré.
-¿Seguro que solo es eso, srta. Horan?-dijo Ana para animarla.
-Si...-mintió.
-Ainhoa, pequeña nuestra... Sabemos cuando mientes y cuando no, así que suéltalo, amiguita.-dije para que se desahogara.
-Eh, eh, que sea más pequeña de edad que vosotras no significa que os de permiso para llamarme así...-dijo, ella nunca perdía el sentido del humor.
-Venga cuéntanos...-dijo Ana.
-¿Os acordáis de ya sabéis quién, el día del mensaje?-dijo Ainhoa triste.
-Sí.-dijimos Ana y yo a la vez.
*FLASH-BACK*
-Siento haberos molestado, me hubiera gustado que estuvierais más tiempo con nosotros, y perdón por ser tan pesada.-mensaje de Ainhoa.
-Lo siento, pero que no me interesas.-mensaje del chico.
-Si no me gustas, tonto, que te pensabas, jajajaja, pero podemos ser amigos no, mal pensado?-mensaje de Ainhoa.
-Yo que se, estoy atontado, claro que podemos, por que no XD.-mensaje del chico.
Fin de la conversacion.
*FIN DEL FLASH-BACK*
-Pues ayer estaba muy raro conmigo y le pregunte que que le pasaba y me dijo que estaba mosqueado por exámenes y tal... Pero se cuando alguien miente y cuando no... Y él ayer mintió...-dijo con los ojos llenos de lágrimas.
-Y estas rayada porque no entiendes por qué está así después de decirte él a ti eso, ¿verdad?-dijo Ana.
-Pues sí... No lo entiendo...-dijo Ainhoa cabizbaja.
-Bueno, vamos a cambiar de tema de conversación, ¡quedan tres días para el sábado!-dije super emocionada.
-Sí, oye, ¿qué tal las notas? A mi gracias a Dios no me ha quedado ninguna y lo mejor es que mi madre me deja ir a lo del concurso, incluso si ganamos y todo.-dijo Ainhoa muy sonriente.
-A mi solo me han quedado dos, así que como premio también me dejan ir.-dijo Ana muy feliz.
-A mi una solo, pero no sé si me dejarán...-dije cabizbaja yo también.
-Seguro que te dejan.-me dijeron Ana y Ainhoa para animarme.

CONTINUARÁ...

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